Que se queden los que tengan que quedarse, que se vayan los que tengan que irse...
No será la primera vez que sea así.
¡Maldita sea!
Y así mismo, que caminen los que deban tomar un sendero diferente.
No se aceptan ni cambios ni devoluciones.
¡Que la vida tome su rumbo!
¡Oh cielos que que así sea!
Paz, al fin.
Aunque sea por instantes, paz al fin.
No estaré de más.
No todos son salmones que se aferran a ir contra la corriente.
No es cobardía, ni cansancio; sólo un deseo de paz para pensar sin dar vueltas.
Es como si el alma estuviera sobre una ruleta...
Y si la paz está en dejar que fluyan la gente, los caminos, los deseos, las emociones, las palabras.
Ahora sí, me declaro pacifista.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire